Un día que estaban muy inquietas. les propuse disfrazarlas de hadas. Lo primero que les dije es que fueran a coger ramas y flores.. y así, mientras lo hacian, pude cerrar los ojos un rato y disfrutar del silencio más absoluto...
No tardaron mucho en volver con una canasta rebosante de adelfas, buganvillas y enredaderas. Con la ayuda de ellas, le hice primero una corona a Mencía, la pequeña, y en ella puse jazmines sueltos que tan inquietos como ella, volaban por el jardín... Mencía insistía es que quería una capa, porque ella era un hada mágica, como Campanilla. Así que me fui con ella arriba a nuestro cuarto y allí mismo, transformé mi parte de arriba del pijama en su capa mágica.
Cayetana, la mayor, no hacía mas que perseguirnos y reclamar su corona... No quería una como la de Mencia, sino una muuuuuuucho más grande y colorida... así que me fui con ella al caminito donde habitan las flores en el jardín y juntas cogimos las mas llamativas que vimos, y con ellas creé su corona.
Y desnudé sus pies y las vestí de blanco...